STEVE HAMILTON, la serie
A Steve Hamilton siempre le ha gustado crear personajes con una vida sometida a circunstancias extremas que escapan a su control y no pueden evitar enfrentarse a ellas. Le pasaba a su primer protagonista de una serie, Alex McKnight, un expolicía que había huido de Detroit para mudarse a un pueblo y buscar allí una calma que necesitaba, ya que vivía con una bala alojada cerca del corazón. Y, a pesar de buscar la calma, se convertía en detective sin pretenderlo. Algo parecido le sucede a Nick Mason pero al otro lado de la ley: él es un delincuente que se ve arrastrado a una vida de asesino profesional por un par de malas decisiones.
Esta nueva serie de Hamilton cuenta de momento con dos títulos, La segunda vida de Nick Mason (2016) y Plan de fuga (2107). Y ha nacido con vocación de ser un espectáculo de acción bien entendida (emocionante e inteligente, pero no desbocada), combinada con algunos dilemas morales que nos llevan a entender al antihéroe y a sentirlo cercano. No es fácil, pero Hamilton es un narrador con un talento especial para invitar al lector a seguir al personaje y saber en qué acabará todo. Así es como te atrapa la saga: planteando al protagonista situaciones imprevisibles en las uno mismo no sabría cómo actuar.
Una curiosidad: Nick Mason también es el nombre del batería y miembro fundador de Pink Floyd. ¿Se trata de un guiño por parte de Steve Hamilton? Podrían establecerse algunos vínculos, porque, por ejemplo, ambos Nicks conducen potentes automóviles de coleccionista. Sin embargo, Hamilton ha negado que exista ninguna relación entre ellos y que solo se dio cuenta de esta coincidencia de nombres una vez publicada su primera novela de la serie.
STEVE HAMILTON, el personaje
No nos engañemos. Como dice Steve Hamilton, Nick Mason es “un criminal de carrera”. Sin embargo, tiene muchas caras (unas buenas, otras no tanto) y afronta muchos dilemas, y eso es lo que lo hace fascinante. Nick creció en uno de los barrios marginales de Chicago, donde empezó a robar coches con dos amigos cuando era adolescente. Más tarde, empezó a robar locales donde sabía que había pasta. Y lo hacía muy bien. Tan solo se trataba de seguir unas normas que él mismo había creado y no romperlas. Era evidente que Nick tenía sangre fría para planear y cometer delitos.
A pesar de que su destino criminal estaba escrito, una mujer pareció redimirlo. Se casó con ella, dejó la mala vida y tuvieron una niña. Eso era a lo que aspiraba Nick. Pero surgió una oportunidad única de cometer un robo fácil y lucrativo. Y salió muy mal. Con cadáveres de por medio, Nick acabó con una condena de veinticinco años y perdió su libertad y a su familia…
… Hasta que otro convicto, Darius Cole, se fijó en él. Cole es un poderoso señor del crimen de Chicago. Está entre rejas, pero su poder es inmenso. Y necesita gente fuera de la cárcel para ejecutar sus órdenes. Ahí entra Nick. Cole le propone un pacto: salir de la cárcel sin cargos y con una vida de lujo a su disposición a cambio de hacer absolutamente todo lo que se le ordene. Y, por mucho que pueda dudar, nuestro protagonista toma la decisión que casi todo el mundo hubiera tomado: salir de prisión. Aunque, como dice el inicio de la primera novela: “La libertad de Nick Mason duró menos de un minuto”.
Criminal y hombre de familia, camorrista pero hombre calculador, asesino frío pero también amigo fiel… Nick Mason lo tiene todo para cautivarnos.