Es aún hoy uno de los autores estadounidenses de novela negra más respetados en Europa. Periodista de formación, pronto comenzó a escribir para revistas especializadas en narrativa criminal. Como novelista, llegó a publicar una veintena de títulos, entre los cuales cabe destacar La senda tenebrosa, Al caer la noche, Viernes negro y Disparad al pianista, todos ellos llevados a la gran pantalla. Como guionista, escribió textos para la radio, la televisión y el cine. Su vida difícil, su prematura muerte y la calidad de su obra, temporalmente olvidada en Estados Unidos, le han conferido un aura de malditismo que envuelve sus novelas.